En el año 783 el rey Mauregato tomó el trono asturiano con la ayuda de Abderramán I. Para agradecerselo el rey se compromete al pago del tributo de cien doncellas.
Cuenta la leyenda, que en tiempos de el rey Ramiro I, Abderramán II, se atreve a pedir de nuevo el tributo. Los habitantes del pueblo de Simancas entregan la sietes doncellas que les corresponden, pero las jovenes, con valentía, decidierón para no ser tributo del Califa Abderramán, encerrarse en el castillo, cortarse una mano y desfigurarse los rostros. Al verlas en tal estado el Califa dijo: "Si mancas me las dais, mancas no las quiero",y consiguierón, así, que las repudiara.
Por este hecho, los cristianos salen a pelear con los moros.
El ejercito moro es vencido y el monarca prometió al pueblo no volver a utilizar a las jóvenes de Simancas, como moneda de cambio ante las exigenciás de los moros y desaparece el tributo de las cien doncellas.
Como agradecimiento el día 6 de agosto se celebra la fiesta patronal del salvador, en la que rememora la historía de las doncellas de Simancas.
Maria Fernandez Ibañez 4ºB primaría.
1 comentario:
Muy buen trabajo
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